Stella Adler dice en su libro que ningún actor o actriz alcanza el éxito hasta que siente dentro de si la seguridad de que es bueno. Bueno en la construcción de personajes. Si el actor no siente esa seguridad de poco valen los premios, el aplauso. El objetivo del estudio debe ser alcanzar esa seguridad dentro de un ambiente "protegido", a través de la investigación. Es claro que el fracaso forma una parte importante de este proceso, aprendemos del fracaso, mucho mas que del éxito, pues este nos enfrenta de nuevo al reto, pero sabiendo que el camino anterior no es correcto, o por lo menos requiere de un nuevo enfoque.
Hay muchos obstáculos en el camino del actor, muchos de estos relacionados por la propia personalidad y vivencias. Uno de los principales es el EGO y la autoestima. Sin entrar en muchas consideraciones, definiremos este Ego como la forma en que pensamos nos valoran las otras personas, y dejamos que nos defina como persona; y la autoestima como cuanto amor sentimos por lo que somos. Es obvio que cualquier desviación del ego afecta la autoestima, porque podemos amar aquello que no somos realmente, sino aquello que creemos perciben de nosotros.
Sin definir un patrón, podemos definir que una percepción errada del EGO, tanto en positivo como en negativo afecta realmente el trabajo del actor. Pues no puede corregirse o enfocarse en un camino sino se tiene claro donde esta el éxito o el fracaso de su trabajo. Enfocarse en el aplauso, o en el éxito entre el público puede según sea el caso llevarlo a tener una percepción errada de su trabajo, pues el público no es el fin ultimo del trabajo actoral, el actor forma parte de un todo, instrumento-ejecutante. Un pianista virtuoso, no busca ni el aplauso, ni que su música sea entendida, el busca el placer del virtuosismo, de generar esa música maravillosa, la conexión espíritu y cuerpo, maestría que convierte en arte su trabajo. Es lo que nos ofrece como artista, no puede enfocarse en si van a apreciar la excelencia de sus notas, pues sabe que ese tipo de apreciación requiere conocimiento, la ejecución de un arte es la búsqueda de la expresión del talento, es ese estado de placer por el logro. No el aplauso, pues este aunque placentero es efímero y poco fiable, quien solo se guía por el aplauso, solo será popular mas no virtuoso.
Entonces si como actores nos fijamos como objetivo solo alcanzar la aceptación del público, hacemos un flaco favor a nuestra capacidad y talento, y esta decisión puede estar basada en una necesidad de ser aceptados, justificados a través de los otros,con lo cual llegamos al termino autoestima, solo nos amamos cuando los otros nos aceptan. La capacidad de un actor o actriz de realizar un personaje no depende de cuanto se ame, o de la forma en que se ame, esto solo afectará la percepción de si mismo cuando obtenga una respuesta sobre el trabajo realizado. Si puede en algunos casos afectar su capacidad de reconocer un personaje, y ser en gran medida esclavos de un director o coach de actuación, quienes deben apoyarlos, enfocarlos, caso de la muy talentosa Marilyn Monroe.
La falta de Ego, o una percepción errada de como es percibido su trabajo, puede también generar un conflicto, sobre todo a nivel del impulso, las ganas, la energía con que enfrenta el reto. Ocurre mucho cuando un actor siente que va a ser incomprendido, que la obra no va a ser entendida por el público.
La guía de un trabajo artístico es el logro de un estado excelso de creación dentro del nivel de experticia del ejecutante. Sino me aplauden me deprimo, o no enfrentó el reto pues no hay público para ello. Todo tiene un equilibrio. Pero lo primero que debe hacer el ejecutante es trabajar el ego y esto lo logrará en la medida que se sienta seguro bajo la guía de sus maestros, y desarrollando una autocrítica honesta, así como escuchando de con humildad y minimizando los efectos del ego las criticas que obtenga, siempre basado en el respeto de la experiencia de quien la emite, y claro sin aceptar criticas autodestructivas, o sin basamento. Toda ejecución requiere una retroalimentación.
LA SENSIBILIDAD CONFUNDIDA CON SUSCEPTIBILIDAD.
La base de un artista es su sensibilidad, su posibilidad de captar la profundidad, la belleza de lo que lo rodea, y de transformarlo en arte. La posibilidad de ser afectado, emocionarse, y expresar estas emociones o la reacciones que le produce para dar vida a un personaje, es gracias a la sensibilidad del actor, sea esta afectada por la imaginación,o por la vivencia. Ahora la susceptibilidad es la predisposición a malinterpretar y/o exagerar acciones, o percepciones de lo que nos rodea, tal como opiniones, expresiones de afecto, criticas, colocándoles un valor o sentido no real sino producto de esta distorsión de lo que sentimos. Se basa en un dialogo interior que nos dice como debemos percibir las cosas. Esto afecta profundamente la ejecución actoral, pues no tenemos a un actor que siente con FE EN LA VERDAD ESCÉNICA, sino un actor que actúa lo que siente, que decide como es que debe expresar lo que siente, hay organicidad en muchos casos, pero desproporción o exageración, pudiendo llegar a un trastorno histriónico.
El trastorno histriónico se define por la hiperreactividad emocional. Hipersensibilidad y aparatosidad en la expresión de las emociones debido a la necesidad desmedida de atención, aprobación, afecto y de ser el centro de atención constantemente. Sus emociones son muy cambiantes y superficiales, presentan cambios bruscos de humor suscitados por percepciones nimias
LA AUTOCRÍTICA
La critica basada en el conocimiento y la experticia, debe ser deseable por el actor, siempre que no tenga elementos de valoración o juicio a elementos externos a lo que se critica, EL TRABAJO, y que afecten o tengan un contenido que tienda a atacar a la persona. La critica se debe enfocar en el trabajo, sin valorar en función de bueno o malo, sino del logro de objetivos concretos. Pero es claro que muchas veces no es posible abstraerse de la adjetivación, del juicio de valor, por lo cual siempre es deseable el porque. Es claro que dentro de una dinámica alumno - profesor, eminencia - aspirante, porque también tenemos la critica de expertos que pueden tener razón o no, pero que en todo caso es una opinión, pero no busca enseñar sino analizar el resultado mostrado. Es común oír comentarios despreciativos sobre los críticos, pero cuando no existe la critica sentimos su ausencia, la falta de opiniones sobre nuestro trabajo.
Hay que trabajar la madurez emocional para enfrentar las criticas y que nos ayuden a mejorar o reenfocar nuestro trabajo. Muchos se cierran a las criticas, en una actitud infantil, para evitar "el dolor", y si este se produce es claro que hay que trabajar el ego y la autoestima. Hay que quitarle el contenido emocional a las criticas, despersonalizarlas en lo posible y desecharla si es el caso que no sea posible obtener algo positivo de ella. No podemos controlar la critica pero podemos controlar el efecto que tiene sobre nuestra estima y ego.
El actor debe autocriticarse cuando haya lugar, buscando con ello mejorar o definir áreas problemáticas, de una manera que genere mayor creación. NUNCA DEBE CRITICARSE MIENTRAS TRABAJA, MIENTRAS EL PERSONAJE EXISTA COMO UNA CREACIÓN DEL ACTOR. Los efectos pueden ser desastrosos, pues rompe el velo, pierde concentración y seguridad. Pierde la FE DE LA VERDAD ESCÉNICA.
Comentarios
Publicar un comentario