ADELA. Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y verdes.)BERNARDA. (Arrojando el abanico al suelo.) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre.
MAGDALENA. ¡Ah! Se ha puesto el traje verde que se hizo para estrenar el día de su cumpleaños, se ha ido al corral, y ha comenzado a voces: «¡Gallinas, gallinas, miradme!». ¡Me he tenido que reír!
ADELA. (Rompiendo a llorar con ira.) ¡No, no me acostumbraré! Yo no quiero estar encerrada. ¡No quiero que se me pongan las carnes como a vosotras! ¡No quiero perder mi blancura en estas habitaciones! ¡Mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la calle! ¡Yo quiero salir!
ADELA. (Fuerte.) ¡Déjame ya! ¡Durmiendo o velando no tienes por qué meterte en lo mío! ¡Yo hago con mi cuerpo lo que me parece!
ADELA. (Sentándose.) ¡Ay, quien pudiera salir también a los campos!
MAGDALENA. (Sentándose.) ¡Cada clase tiene que hacer lo suyo!
Adela a partir de que se devela el matrimonio concertado con Angustias. sufre los obstáculos que van encarnados por los demás personajes: Poncia, que la vigila, la tortura de Martirio, Angustia y su dinero, pero sobre todo la gran villana de la historia BERNARDA ALBA. El terror opresor de la madre lo implantan y ejecutan las otras hijas y criadas.
ADELA. Se les perdona todo. (refiriéndose a los hombres)
AMELIA. Nacer mujer es el mayor castigo.
MAGDALENA. Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen.
Ya Adela es consciente que ha cruzado la línea.
ADELA. (Mirando a Martirio.) ¡Alguna! ¡Todas menos yo!
MARTIRIO. (Con intención.) ¡Desde luego!
...
ADELA. (Saltando llena de celos.) No ha sido broma, que tú no has gustado jamás de juegos. Ha sido otra cosa que te reventaba en el pecho por querer salir. Dilo ya claramente.MARTIRIO. ¡Calla y no me hagas hablar, que si hablo se van a juntar las paredes unas con otras de vergüenza!ADELA. ¡La mala lengua no tiene fin para inventar!
Este momento es interesante porque una y otra se insinúan sus verdades. Adela tiene al hombre no necesita el retrato. Tiene el poder de la mujer, la juventud para volverlo loco, lo que no tiene Martirio. Martirio responde con ironía, más adelante amenaza a Adela.
MAGDALENA. Estáis locas.Bernarda impone la represión quiere acallar la rebeldía que crece en su casa. La rebeldía de Adela, la fuerza que le da el amor, desencadena la acción de Bernarda.
AMELIA. Y nos apedreáis con malos pensamientos.
MARTIRIO. ¡Otras hacen cosas más malas!
ADELA. Hasta que se pongan en cueros de una vez y se las lleve el río.
BERNARDA. ¡Perversa!
ANGUSTIAS. Yo no tengo la culpa de que Pepe el Romano se haya fijado en mí.
ADELA. ¡Por tus dineros!
ANGUSTIAS. ¡Madre!
BERNARDA. ¡Silencio!
BERNARDA. Angustias tiene que casarse en seguida.PONCIA. Claro; hay que retirarla de aquí.BERNARDA. No a ella. ¡A él!PONCIA. Claro, ¡a él hay que alejarlo de aquí! Piensas bien.BERNARDA. No pienso. Hay cosas que no se pueden ni se deben pensar. Yo ordeno.
Ya es tarde para la Casa de Bernarda Alba, el segundo acto finaliza
PONCIA. (Entrando con Bernarda.) ¡Bernarda! BERNARDA. ¿Qué ocurre?
PONCIA. La hija de la Librada, la soltera, tuvo un hijo no se sabe con quién.
ADELA. ¿Un hijo?
PONCIA. Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metió debajo de unas piedras, pero unos perros con más corazón que muchas criaturas, lo sacaron y como llevados por la mano de Dios lo han puesto en el tranco de su puerta. Ahora la quie ren matar. La traen arrastrando por la calle abajo, y por las trochas y los terrenos del olivar vienen los hombres corriendo, dando unas voces que estremecen los campos.
BERNARDA. Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla.
ADELA. ¡No, no, para matarla no!
MARTIRIO. Sí, y vamos a salir también nosotras.
BERNARDA. Y que pague la que pisotea su decencia. (Fuera se oye un grito de mujer y un gran rumor.)
ADELA. ¡Que la dejen escapar! ¡No salgáis vosotras!
MARTIRIO. (Mirando a Adela.) ¡Que pague lo que debe!
BERNARDA. (Bajo el arco.) ¡Acabar con ella antes que lleguen los guardias! ¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!ADELA. (Cogiéndose el vientre.) ¡No! ¡No
Adela ve el futuro que le espera. En el tercer acto se adelanta el matrimonio de Angustias, pero Adela lucha por su amor, por ser libre.
ADELA. Ya no aguanto el horror de estos techos después de haber probado el sabor de su boca. Seré lo que él quiera que sea. Todo el pueblo contra mí, quemándome con sus dedos de lumbre, perseguida por las que dicen que son decentes, y me pondré delante de todos la corona de espinas que tienen las que son queridas de algún hombre casado.
Al ser descubierta
BERNARDA. Quietas, quietas. ¡Qué pobreza lamía no poder tener un rayo entre los dedos!
MARTIRIO. (Señalando a Adela.) ¡Estaba con él! ¡Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!
BERNARDA. ¡Ésa es la cama de las mal nacidas! (Se dirige furiosa hacia Adela.)MAGDALENA. ¡Adela! (Salen la Poncia y Angustias.)ADELA. (Haciéndole frente.) ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata el bastón a su Madre y lo parte en dos.) Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé usted un paso más. ¡En mí no manda nadie más que Pepe! (Sale Magdalena.)
ADELA. Yo soy su mujer. (A Angustias.) Entérate tú y ve al corral a decírselo. Él dominará toda esta casa. Ahí fuera está, respirando como si fuera un león.
Adela se ha enfrentado al opresor. Pero de sus hermanas no obtiene apoyo. Ninguna sabe lo que mueve a Adela. Ya es el instinto de madre lo que la mueve.
ADELA. ¡Nadie podrá conmigo! (Va a salir.)
ANGUSTIAS. (Sujetándola.) De aquí no sales tú con tu cuerpo en triunfo, ¡ladrona!, ¡deshonra de nuestra casa!MAGDALENA. ¡Déjala que se vaya donde no la veamos nunca más!
BERNARDA. (Entrando.) Atrévete a buscarlo ahora.MARTIRIO. (Entrando.) Se acabó Pepe el Romano.
ADELA. ¡Pepe! ¡Dios mío! ¡Pepe! (Sale corriendo.)
Dos grandes contendoras La libertad vs la opresión. Al igual que la obra de Sofocles Antigona, la tragedia no hace vencedor al antagonista, sino que es víctima también del destino fatal. Bernarda Alba es también protagonista de su propia tragedia dentro de la obra, Bernarda Alba instaura una tiranía en su casa para huir del que dirán, para evitar que sus hijas terminen en la perdición ante la ausencia de un hombre que proteja la casa. Aferrándose a las costumbres, reforzando el control, ahogando la disidencia termina llevando a la la casa a hundirse en la desgracia, a hundirse en un mar de luto. El hombre vence porque el sistema está diseñado y mantenido para sostener el poder del hombre.
Adele no tenía las herramientas para defenderse del poder y seducción de Pepe Romano, ni Bernarda puede enfrentarlo.
BERNARDA. Fue culpa mía. Una mujer no sabe apuntar.
La incipiente España de progreso aun no contaba con las herramientas para poder enfrentarse a los vientos fascistas, opresores representados en el poder monárquico del franquismo. La Rusia que buscó la libertad de la esclavitud medieval terminó sumida en el Estalinismo. Oscuridad era lo que veía el poeta en el horizonte. Bernarda actúa como Creonte, impone con rigor las leyes, el status quo, no hay una mirada compasiva, de sororidad con sus hijas, ni con Adela. Frente al hombre solo cerrar la casa, evitar, alejarlo pues con las armas no tendrá posibilidades de cambiarlo. No sabe apuntar. El gran superobjetivo de Bernarda es evitar la deshonra para su casa, para ello debe tener el poder, pero está destinada al fracaso, pues el hombre impone todo su poder y seduce, deshonra.
Es a partir de este punto que la obra plantea la gran reflexión para el espectador ¿Cómo evitamos esto? ¿lo podemos evitar? La labor del poeta no es darnos soluciones, sino plantear las realidades.
La realidad de Adela como la de Antigona, la lucha por seguir una el impulso de los afectos, el impulso de la libertad, decidir por su vida. Antigona por el impulso de los afectos, pero cumpliendo la voluntad de los dioses .... su inevitable viaje enfrenta la realidad de Bernarda, como la de Creonte, ambos buscan mantener el poder, de las leyes ... En las dos obras hay dos viajes del héroe enfrentados en una misma obra.
Adela y Bernada son un binomio Antagónico protagónico que cuentan dos historias para dejarnos reflexionando sobre la falta de libertad, progreso y que podamos sentir la opresión de movimientos como el fascismo, el nazismo, la guerra civil española... movimientos que enfrentaron a pueblo contra pueblo e implantaron oscuridad a través de dictaduras. Eso era lo que el poeta sentía se cernía para la España del 36. Hoy Venezuela enfrentan esa lucha para evitar hundirnos en un mar de luto.
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